sábado, 12 de enero de 2008

TIPOLOGÍA DE LOS MALOS EN EL CINE

para puro copiarle a alguien que escribió al blog de VTR (que hizo una lista de tipos de vampiros), aquí va una lista de los tipos de malos del cine. Por supuesto, hay que corregirla y aumentarla, pero veamos:

- El Malo Elegante: es un tipo ya más bien mayorcito, encorbatado o con chaquetas de alta costura estilo Mao, que vive en mansiones en el Mediterráneo, fuma puros y siempre tiene un escritorio de lo más chic, no habla mucho y quiere conquistar el planeta. Son tantos que no se me ocurre un muy buen ejemplo, pero el papel se lo suele dar actualmente a Jack Nicholson, Donald Sutherland o algún actor alemán al cual lo acompaña la pinta de nazi para creer que es malo-malo de adentro.

- El Malo Étnico: siempre es moreno, léase latino o árabe. También vive en mansiones, pero más flaites, con columnas doradas y minas medio ordinarias pero sabrosas. Es violento, de cualquier cosa saca la pistola y haciendo tintinear sus cadenas de oro manda al otro mundo a algún amigo del protagonista u otros malos menores, que se le portaron mal. Al Pacino debe ser algo así como su ícono. Los gringos fijo que matan a este malo, claro.

- El Malo Asiático: es frío y duro y terriblemente chino o japonés, sabe artes marciales, tiene tatuajes y es más malo que cualquier otro malo que se encuentre en el mundo occidental, capaz de matar a sus cinco hijos si le pagan bien. A pesar de lo profundamente oriental que es, suele hablar un inglés fluido, vaya uno a saber por qué.

- El Malo que no es Malo: el tipo con rollos de conciencia, que se hizo malo porque la vida lo trató pésimo, pero en realidad lo único que quiere es casarse y tener muchos bebés y dejar de andar en tanta movida loca. Los otros malos no lo entienden y lo quieren despachar, pero él se defiende. Onda Viggo Mortensen, este malo.

- El Malo Mágico: por algún complicado motivo, tiene así como poderes, los cuales usa para dejar puras cagadas, claro. Se comunica con Malos del Más Allá y a veces hasta con el mismo diablo. Parece inteligente pero al final siempre es un idiota al cual el diablo le juega chueco (obvio: es el diablo) y se autoincinera o se hunde en llamas o explota en el aire.

- El Malo Divertido: elegante también, y con humor negro. Siempre hace chistes cuando está a punto de echarse a otro mortal en la conciencia, no tiene mucha conciencia y en el fondo es un escéptico de la naturaleza humana. Onda El Guasón, pero no siempre lo disfrazan de payaso.

Hasta aquí llego hoy porque tengo sueño. Ustedes verán.

POR QUÉ ME CARGA IR AL CINE Y PREFIERO VER CABLE

Actualmente, cuando uno va al cine, suele encontrarse con dos situaciones:

1. Cines de cadena (a lo Hoyts o Cinemark) donde todo está muy limpio y ordenado, pero siempre te toca una suerte de primate al lado que mastica las malditas palomitas de maíz la película entera, la pareja de pololos que se ríen y murmuran como idiotas la película entera o las amigas que no se entiende por qué no fueron a tomar algo, mejor, porque lo que quieren es conversar entre ellas. Aparte que el 80% de las películas en exhibición son para menores de 12 años (o edad mental equivalente) y bueno, uno ya tuvo doce años.
2. Cine de la onda cine arte donde la cartelera mejora, pero los asientos son duros como tablas, hace mucho frío o mucho calor y el audio es pésimo, así que si la película es en español mejor arrendarla en DVD para ponerle los subtítulos. Eso sin considerar que de repente en el público hay gente que realmente da miedo, como ese típico viejo solo super abrigado y serio que te mira con cara de odio cuando entras y seguro que es asesino en serie, o por ahí.

Y como no tengo ninguna obsesión por ver siempre el último estreno, mejor quedarse en la casa, donde uno está cómodo, sin idiotas parlanchines y sin tener que pagar demás. Ahora, que en el cable a veces no hay NADA que ver también es cierto, pero bueno, nada es perfecto. Además, si uno se aburre ni siquiera hay que irse, porque uno ya está en su casa.