Se ha muerto Heath Ledger, el actor australiano con sonrisa de niño y voz que sorprendía por lo profunda, que a los 28 años ya era un actor hecho y derecho, capaz de interpretar a un cowboy enamorado de otro hombre, pero también a un caballero en una justa, a un skater algo loco y quién sabe qué más, porque no lo sabremos, porque se ha ido.
Toda muerte es una pena, pero es aun más trágica cuando alguien aun no llegaba a los treinta, tenía una hija tan pequeña y cuando era tanto lo que podía dar y también tener en su vida. Me da lo mismo lo que vaya a revelar la autopsia, no tengo la curiosidad malsana de saber cuántas píldoras se tomó y qué contenían. Importa que se ha ido, y que es tan triste.
Nos veremos, Heath. O te veremos. Volveremos a verte de galán o de hombre sufriente en las interpretaciones que nos dejaste. Por ellas, nos veremos y te damos las gracias.
sábado, 2 de febrero de 2008
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