Increíble, el agente Mulder de los Archivos X, tan serio y preocupado el hombre, ha vuelto. Pero, ¿cómo ha vuelto? Ah, muy distinto. David Duchovny se mantiene muy bien, parece como medio minuto más viejo que en los noventa, pero ahora ya no le preocupan los OVNIS, las conspiraciones interplanetarias ni los freaks sobrenaturales: ahora es un escritor que se mudó a California, y que es una mezcla de Bukowski, James Dean y aviso publicitario de Calvin Klein. O sea, malhablado, rebelde y medio borracho, pero con buen cuerpo, mejor auto y un guardarropa adecuado a su rol tan, tan cool.
No sé si esta serie irá a durar mucho, pero que vale la pena verla, vale la pena. Un par de veces, nomás, eso sí. Porque es bastante idiota. En primer lugar, porque quiere ser 'negra', pero en realidad es una especie de largo video publicitario para exhibir autos, ropa y casas preciosas, y a varias señoritas y señoras igual de lindas que nada más de ver a este escritor divorciado, algo alcohólico y antipático se sacan la ropa y se le lanzan encima sn mayor trámite, vaya uno a saber por qué. El resto es más bien decorado: todos los capítulos se repiten las escenas del escritor con su ex esposa de la cual está todavía enamorado y que se va a casar con otro, las peleas con la hija adolescente y pesadita, las peleas con la editora que lo quiere poner una y otra vez a trabajar, sin mucho éxito, las mañanas en que se levanta con la mona y no tiene muy claro qué hizo la noche anterior. Una y otra vez. En serio.
Como ocurre en muchas películas y series, da la impresión que a los guionistas se les ocurrió una situación y unos personajes, pero no una historia. Cada capítulo es una variación del primer capítulo, y una no demasiado ingeniosa.
Y yo sé que es cosa de gustos, pero Duchovny ni siquiera es tan guapo.
en fin.
jueves, 28 de febrero de 2008
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