jueves, 28 de febrero de 2008

CALIFORNICATION

Increíble, el agente Mulder de los Archivos X, tan serio y preocupado el hombre, ha vuelto. Pero, ¿cómo ha vuelto? Ah, muy distinto. David Duchovny se mantiene muy bien, parece como medio minuto más viejo que en los noventa, pero ahora ya no le preocupan los OVNIS, las conspiraciones interplanetarias ni los freaks sobrenaturales: ahora es un escritor que se mudó a California, y que es una mezcla de Bukowski, James Dean y aviso publicitario de Calvin Klein. O sea, malhablado, rebelde y medio borracho, pero con buen cuerpo, mejor auto y un guardarropa adecuado a su rol tan, tan cool.

No sé si esta serie irá a durar mucho, pero que vale la pena verla, vale la pena. Un par de veces, nomás, eso sí. Porque es bastante idiota. En primer lugar, porque quiere ser 'negra', pero en realidad es una especie de largo video publicitario para exhibir autos, ropa y casas preciosas, y a varias señoritas y señoras igual de lindas que nada más de ver a este escritor divorciado, algo alcohólico y antipático se sacan la ropa y se le lanzan encima sn mayor trámite, vaya uno a saber por qué. El resto es más bien decorado: todos los capítulos se repiten las escenas del escritor con su ex esposa de la cual está todavía enamorado y que se va a casar con otro, las peleas con la hija adolescente y pesadita, las peleas con la editora que lo quiere poner una y otra vez a trabajar, sin mucho éxito, las mañanas en que se levanta con la mona y no tiene muy claro qué hizo la noche anterior. Una y otra vez. En serio.

Como ocurre en muchas películas y series, da la impresión que a los guionistas se les ocurrió una situación y unos personajes, pero no una historia. Cada capítulo es una variación del primer capítulo, y una no demasiado ingeniosa.

Y yo sé que es cosa de gustos, pero Duchovny ni siquiera es tan guapo.

en fin.

martes, 12 de febrero de 2008

Fuga, de Larraín, triste intento

Están dando Fuga (Larraín, 2006) en el cable y qué puedo decir: me alegro de no haber pagado una entrada al cine para verla.

En realidad, Carcavilla (que la destruyó en La Nación) tiene razón; Fuga es bastante simple. Un niño bien se consiguió un montón de plata e hizo una película. Y habría que agregar que es absolutamente amateur, mal contada y mal pegada, con todos los clichés de los video clips y las series gringas de los noventa. En consecuencia, le salió como un engendro de los Archivos X, los videos de Gun's Roses (especialmente el de November Rain) y En la Cama con Madonna. Solo le faltó la chica guapa con vestido vaporoso corriendo por unos pasillos a oscuras, nomás. Larraín, me parece, ha visto demasiada tele, y todavía no es capaz de salir de ella.

Una lástima, porque como también dice Carcavilla, reclutó excelentes actores como Alfredo Castro, José Soza y Paulina Urrutia, y los desperdició penosamente... de Benjamín Vicuña y Pauls no me pronuncio, porque aparte de ser muy lindos, nunca les he visto mucho la gracia en lo dramático. A lo mejor la tienen, quién sabe.

En uno de esos blogs por ahí, hay gente que defiende la película diciendo que lo importante es hacer las cosas, que igual tiene bonita fotografía, que hay que valorar el esfuerzo y apoyarla de todas maneras. Perdón, pero es una película, para la cual se gastó dinero, tiempo y energías, y cobran una entrada (o un arriendo de DVD, o la cuenta del cable) para verla, no una obra de caridad. Y si uno va a hacer algo, hay que hacerlo bien, porque en este mundo la plata no sobra, y menos todavía para el arte, y menos aún para hacer cine en Chile.

sábado, 2 de febrero de 2008

Nos vemos, Heath

Se ha muerto Heath Ledger, el actor australiano con sonrisa de niño y voz que sorprendía por lo profunda, que a los 28 años ya era un actor hecho y derecho, capaz de interpretar a un cowboy enamorado de otro hombre, pero también a un caballero en una justa, a un skater algo loco y quién sabe qué más, porque no lo sabremos, porque se ha ido.
Toda muerte es una pena, pero es aun más trágica cuando alguien aun no llegaba a los treinta, tenía una hija tan pequeña y cuando era tanto lo que podía dar y también tener en su vida. Me da lo mismo lo que vaya a revelar la autopsia, no tengo la curiosidad malsana de saber cuántas píldoras se tomó y qué contenían. Importa que se ha ido, y que es tan triste.
Nos veremos, Heath. O te veremos. Volveremos a verte de galán o de hombre sufriente en las interpretaciones que nos dejaste. Por ellas, nos veremos y te damos las gracias.